Entre el Enfado y la Serenidad

Cita

Esta claro que en las situaciones diarias, en las que nos relacionamos con nuestros compañeros de trabajo, (sin entrar en categorizar, ni jerarquizar a cada uno, pues son compañeros), llegar al enfado resulta en todas las ocasiones detestable por el que recibe ese acumulo de energía y comportamiento inadecuado, y posteriormente detestable por la propia persona que se enfadó.

Si pensamos que la situación de enfado, puede ser contrarrestada por nuestro autocontrol y aprovechada por nuestra inteligencia emocional, es posible que ese momento de focalización de toda nuestra energía en un hecho que nos irrita, pueda ser guiada adecuadamente para resolver un conflicto y transmitir con criterio las razones que nos inquietan.

La cuestión es practicar previamente, como canalizar la gran cantidad de energía que generamos en el momento del enfado, respirar profundamente, y pensar en, que es lo que queremos hacer con ella. De esta forma, nuestro enfado podremos canalizarlo hasta un estado de serenidad que nos proporcione una paz interior y nos permita transmitir con el máximo de convencimiento los motivos que nos están provocando la irritación.

Si conseguimos paz interior, será más fácil obtener la paz con nuestro entorno exterior. Con ello, obtendremos paz mental y nos llevará a un profunda libertad que nos permitirá canalizar las ideas que nos llevan al enfado y de una forma clara, transmitir claridad, transparencia y buena voluntad en solucionar un conflicto que se ha generado, sin criticar y sin juzgar, evitando la pelea egocéntrica de querer ganar o estar por encima de otro, para transformarlo en solución a una situación adversa en la que se transmite convencimiento y serenidad.